Tuesday, February 21, 2012

El planteamiento multifactorial y la valoración del componente cultural en la resolución de conflictos

Bien sabido es que el reto intercultural abordado desde la convivencia es un viejo desafío en todas las partes del mundo. Probablemente su auge e importancia hoy en día se base en la necesidad e interés potencial por gestionarlo adecuada y justamente.

De todas formas, atendiendo a lo anterior, se suele huir del etnocentrismo para ello pero el riesgo más extremo que entraña es caer en el relativismo cultural de manera que sirviéndose de ello se llegue a explicar y justificar cualquier conflicto gracias a ello, encontrándonos con que cultura sea principio y fin, acción y reacción de todo conflicto en el cual el componente cultural sea significativo; una visión totalmente errónea, sesgada y sin sentido alguno.

Para equilibrar y ponderar justamente la incidencia del factor cultural en un conflicto habrá que buscar cuáles y en qué medida están presente otros factores como los personales (inherentes a los individuos exclusivamente) y los situacionales (el entorno en el que estos se desarrollan y en qué términos). Aunque se dividan en dos bloques las cuestiones que albergan son diferentes y numerosas y a todas ellas habrá que remitirse para darles un lugar dentro del conflicto, y en última instancia para buscar una posible salida al mismo.

El objetivo del planteamiento multifactorial viene a llenar un vacío en el que se suele caer habitualmente y de manera peligrosa cuando el concepto cultura se banaliza hasta el punto de poder justificar cualquier acción, decisión o situación con respecto a ella, sin atender a otros motivos en sí mismos estructurados como lo son la capacidad de elección del individuo (perteneciente a una cultura u otra) o la situación socioeconómica que poco o nada tienen que ver en momentos en concreto con la pertenencia cultural.

El sistema multifactorial se presenta como útil y necesario para analizar cualquier tipo de conflicto que pueda acabar en mediación, desde un enfoque totalmente moderno al tener en cuenta los diferentes factores o variables que puedan tener cabida y peso en un conflicto aparte de lo estrictamente etnocultural.
El mediador se verá trabajando con diferentes aspectos aparte del cultural, que le irán dando un panorama heterogéneo sobre un conflicto que nunca puede ser de una única índole. Será mucho más complicado de analizar, pero cuando los factores vayan surgiendo por sí solos la labor del mediador será identificarlos y correlacionarlos de forma adecuada. Una vez aprendidos el siguiente paso será gestionarlos durante el proceso de mediación junto a las partes de manera que resulte un motor hacia la comprensión, el reconocimiento y la ayuda que redundará en la mejora de las relaciones y comunicación entre las partes, dando lugar, a su vez y si cabe, a una futura y posible solución consensuada.
Breve análisis de los principales modelos de mediación

Los tres modelos, por antonomasia de la mediación, basan el proceso y el éxito de la mediación
haciendo énfasis en diferentes puntos de la misma. Vemos cómo el de Fisher-Ury lo
hace desde la consecución del acuerdo, el de Bush y Folger desde el reconocimiento y
afianzamiento de las partes y el de Sara Cobb desde la comunicación entre ellas para
mejorar la relación y que sean las partes mismas las que lleguen por sí solas al acuerdo.

Cada uno de los modelos son diferentes entre sí pero se destaca el hecho de que
ninguno de los tres per se consiguen “la perfecta mediación intercultural” sino que
brindan excelentes puntos fuertes que pueden ser utilizados en este tipo particular de
mediación, y a falta de una metodología que recoja todas sus ventajas y las integre lo
ideal será entremezclarlas sabiamente. Por ello pasaré a mencionar las ventajas
sobresalientes de cada una de ellas.

El modelo de Fisher-Ury, concebido para negociar en su significado más literal,
se hace hincapié en separar el problema de las personas, y a pesar de que esto pueda
tomarse como un obstáculo en la relación entre las partes, ya que es cierto que ambas
se retroalimentan, creo que es importante delimitar, en momentos en concreto, lo
personal del problema en sí para intentar trabajar solamente en él. La mejora de la
relación siempre fructífera se utilizará para otros momentos. Es decir, las partes
acudirán al proceso con posiciones claras e inamovibles en un primer momento y no se
centrarán en los obstáculos que hay realmente entre ellos. La capacidad creativa del
mediador ayudará en este punto a usar criterios objetivos para negociar sobre una base
neutral ajena a la voluntad (posicionamiento) inicial de las partes, que deberán ser
prácticos y aplicables a ambos. Esto traerá consigo evitar la estigmatización étnica y la
culpabilidad sobre el otro y se abordarán concisamente los intereses comunes y
prácticos, que suelen ser ajenos a las diferencias culturales. Así pues, se podrá
concretar que este modelo será vital a la hora de negociar un acuerdo común.

El modelo de Bush y Folger, como ventaja más sustancial, trae consigo la
mejora de la relación entre las partes, que supondrá la consecución del acuerdo, no
siendo este el fin último del proceso, sino que nacerá fruto de la buena comunicación
entre ambos. Claramente, esto será crucial en una mediación intercultural, puesto que
normalmente, el desacuerdo se da por no entender las prácticas de la otra parte a nivel
cultural. Con lo cual, nos encontramos con un modelo que aprovecha dicho conflicto
como una oportunidad para el diálogo intercultural, más que como un obstáculo.

Se fortalecerá a cada una de las partes mediante la revalorización del uno que insufla estímulo, confianza y el fortalecimiento de cada una de las partes a la hora de abordar los conflictos, ya que estas suelen llegar con el autoestima minado por no haber conseguido un acuerdo por sí mismos y por lo tanto sintiéndose pequeños ante el conflicto y de haberse expuesto la limitación de sus habilidades ante la sociedad. Este modelo ayudará a que las partes participen activamente y personalmente en la mejora de su relación que dará lugar a un distanciamiento de la propia cultura para el mejor entendimiento de la dimensión del conflicto así como una sensibilidad idónea para entender la del otro. Otra de sus ventajas viene dada por la sensación experimentada de las partes de co-protagonismo de ambos en el proceso que dará lugar a una simetría y equidad donde ninguno se vea inferior y traiga consigo solidaridad, al verse las partes seguras en su postura y así atender a la del otro, es decir, el reconocimiento del otro. La capacidad creativa del mediador en este proceso tendrá que encontrar un modo de crear empatía entre las partes que les lleve a abstraerse para entender al otro y sentirse seguros, tarea ardua para el mediador puesto que dinamizar la mediación hasta ese punto reportará grandes beneficios como la tolerancia, el respeto y la seguridad claves para un entendimiento intercultural, ya que se eliminarán los prejuicios y esteriotipos en aras del interés por el otro.

El tercer modelo, de Sara Cobb, parece ser a priori el más completo y el que mejor se adapte a un proceso de mediación social a todos los niveles, con lo cual tendrá también grandes ventajas en el proceso intercultural en particular. Se basa en la creación de contextos donde las diferencias consten así como los cambios de significación (en nuestro caso que salgan a la luz las claves culturales que bloquean a las partes), pero que estas se vean legitimizadas como interlocutoras. Los puntos fuertes son la importancia de las coyunturas de las partes (a todos los niveles, sociales, jurídicos, económicos…) que claramente traerán consigo cierta empatía por parte del sujeto dominante, fin que también persiguen Bush y Folger; las distintas fases también resultan interesantes ya que la pre-reunión de la mediadora con ambas partes previo al encuentro hará que conozcan “las reglas del juego” y vayan conociendo lo que estas suponen a la hora del proceso y creará un vínculo de confianza de cada parte en relación al mediador que ayudará a la legitimización y reconocimiento de este, que anulará la creencia de “soy inútil por necesitar que una tercera persona me solucione los problemas”. La comunicación y la atención a la narrativa de cada historia de las diferentes partes es su ventaja estrella, ya que se sentirán sus historias y peticiones escuchadas lo cual facilita el entendimiento.


El modelo de Cobb resulta tan brillante por su teoría sobre la construcción de las
narrativas que las partes elaboran sobre el conflicto. Analizando cómo se estructura el
discurso que traen consigo las personas se desprende que cada una de ellas lo elabora
desde una visión en la cual la otra persona es culpable de todos los males, es decir,
tendemos a victimizar el discurso para legitimarnos en nuestras posiciones sin tener en
cuenta las razones o situación de la otra parte, nos restamos protagonismo ya que no
analizamos qué parte de responsabilidad hemos tenido a la hora de llegar a esa
situación.


Me parece que este modelo sobre todo es aplicable a conflictos personales, es decir,
donde hay una carga emocional fuerte ya que mediante la posibilidad de introducir
preguntas circulares se consigue que la persona empatice, sobre todo teniendo en
cuenta la recontextualización a las que estas preguntas llevan, fomentando que las
partes rememoren aquellos momentos en los cuales no todo fue tan malo y había cierto
aprecio hacia la otra persona con la cual viven el conflicto actual.


La elaboración de la historia alternativa es un proceso milagroso ya que pese a ser la
historia de ambos, la historia de por qué se ha llegado a una situación conflictiva, las
narrativas con las que las partes llegan al proceso son culpables de que las partes no
sean capaces de detectarla previamente. A todos nos ha pasado estar presentes en una
discusión entre amigos, por ejemplo, que empiezan a discutir acaloradamente sobre una
cuestión y darnos cuenta de lo que realmente está pasando entre ellos, del núcleo de su
desencuentro hasta el punto de que la discusión parece ridícula ya que la causa del
enfrentamiento es más que visible ya que no formamos parte del conflicto. Eso tan
evidente para la persona que no está enfrascada en esa situación es la historia
alternativa e intentamos ayudar simplemente contándola, ya que nuestros amigos como
partes activas de la situación conflictiva y estando férreamente sujetos a sus posiciones
no son capaces de ver.


Este relato anónimo me ha fascinado y sirve como síntesis
perfecta para el modelo de Cobb y, en definitiva, para la vida misma:


‎"Cuidado con los pensamientos: estos se transforman en palabras,
cuidado con las palabras: estas se transforman en acción,
cuidado con las acciones: estas se transforman en hábitos,
cuidado con los actos: estos moldean el carácter,
cuidado con el carácter: este controla tu destino"


Todos podemos configurar nuestros discursos, posiciones y carácter racionalmente para
poder resolver nuestros problemas favorablemente.


Concluyendo, a mi modo de entender, el proceso de mediación ideal será el que tenga en cuenta lo anteriormente expuesto. Modelo de Sara Cobb para iniciar el proceso y escuchar las historias de las partes, siguiendo con el modelo de Bush y Folger para mejorar la relación entre las partes y que estas se sientan valorizadas y finalmente el modelo de Fisher y Ury para negociar los acuerdos más concretos. Acudir al modelo de Cobb de reuniones a solas con las partes para desbloquearlas en los momentos más difíciles ayudará a que el proceso no se anquilose.

Es absolutamente necesaria una nueva metodología integradora para sacar el mayor beneficio de las ya existentes y no centrar tanto el debate en cuál es mejor o más útil que el resto. De hecho, en la práctica sí se utilizan los diferentes modelos según las necesidades que van surgiendo en el proceso de la resolución.
Política lingüística en Marruecos: Perspectiva histórica y el actual conflicto

Contexto
La política lingüística marroquí es indisociable de su historia como nación árabo-musulmana. En base a esta premisa se configuran todas las legislaciones que se han llevado a cabo en materia lingüística tras la independencia. Cuando terminan los protectorados español y francés en la zona, el nuevo estado-nación que emerge ve la necesidad de unificar y dar cohesión al país, en un momento histórico donde el panarabismo estaba en pleno auge, con lo cual, la política lingüística que se implantó llevaba consigo este carácter a sus últimas consecuencias, configurando la legislación únicamente en torno al árabe oficial que representaba el pasado histórico común árabe en materia identitaria –árabe- y religiosa –islámica-; mientras que a nivel intraestatal esta homogeneización se basaría, como no podía ser de otra manera, en la búsqueda de elementos unificadores como la cultura y la lengua, así pues se emprendió una política de arabización a nivel educativo que no atendía, intencionadamente dado el momento que se atravesaba, a la diversidad cultural y lingüística del país.`

Esta política lingüística, fruto de una voluntad política puesto que ha de ser la administración la que lo planifique e implemente, dejó fuera del marco jurídico a las lenguas vehiculares de facto; esto es al árabe marroquí y a las tres variedades de amazigh –Tarifit, tamazight y tashelhit-, aparte de al francés –lengua administrativa del Estado y conocida por un amplio sector de la población- y al español –usado en menor medida-. La situación de poliglosia que se da en el país es un denominador común entre todos los países árabes que optaron por la misma política argumentada en el momento político existente.
Esto favoreció el estatus del árabe en detrimento, sobre todo, del árabe marroquí y el amazigh dado que su estatus jurídico le otorgaba un rol de superioridad cultural, política y social en prejucio del resto de lenguas habladas dentro de las fronteras marroquíes, que se vieron relegadas a un uso coloquial y perdieron cualquier oportunidad de reconocimiento oficial. Este desequilibrio en la relación de fuerzas entre las diferentes comunidades lingüísticas desencadenó un conflicto lingüístico que el país, a pesar de algunos cambios significativos que trataremos más adelante, arrastra hasta nuestros días como podemos ver reflejado en este fragmento del preámbulo de la última Constitución de 1996:

"المملكة المغربية دولة إسلامية ذات سيادة آاملة، لغتها الرسمية هي اللغة العربية، وهي جزء
من المغرب العربي الكبير"



“El Reino de Marruecos es un estado musulmán con soberanía absoluta, su lengua oficial es la lengua árabe y forma parte del Gran Magreb árabe.” 


En paralelo a la lengua árabe oficial, en Marruecos desde la instauración del protectorado francés siempre se ha utilizado la lengua francesa. Herencia del protectorado francés mismo es el sistema administrativo y jurídico por el cual se rige el estado marroquí, y por lo tanto, es lengua, si bien no oficial, de carácter administrativo ya que toda la burocracia se maneja en esta lengua. Dado este hecho, entre otros muchos, el francés es estudiado en las escuelas obligatoriamente desde la primaria y la gran mayoría de los marroquíes lo usan en mayor o menor medida, con una habilidad y dominio desigual, ya que dependerá de ello su nivel de educativo.


A pesar de esto, se puede concluir que incluso las personas analfabetas lo entienden, aunque no puedan pronunciarse en esta lengua, ya que su uso no está restringido sólo al ámbito administrativo, sino que está fuertemente presente en diferentes ámbitos dentro del país. Por ejemplo es habitual en las retransmisiones televisivas y los medios escritos, el propio árabe marroquí también recoge palabras, frases hechas y en cuanto a la alternancia de códigos se suele dar principalmente con esta lengua. En el plano educativo su presencia es contundente, ya que como ocurre en varios países árabes, los estudios superiores en materia científica son estudiados en francés, a lo que tenemos que sumar, entre otras, la carrera de derecho o la filología francesa. A pesar de todo ello, como bien hemos visto ya, su carácter no es oficial, pero sí de facto.

La nueva política lingüística


Con la muerte de Hassan II en 1999 asciende al poder su primogénito Mohamed VI que rompe con la política de su padre en aras de introducir cambios en la perspectiva política, y por primera vez en la historia marroquí, pronuncia un discurso en 2001 en el que reconoce el multilingüismo y la diversidad cultural:


“A travers cet acte, nous voulons, tout d'abord, exprimer ensemble, notre
reconnaissance de l'integralite de notre histoire commune et de notre
identite culturelle nationale batie autour d'apports multiples et varies. La
pluralite des affluents qui ont forge notre histoire et faconne notre identite
est indissociable de l'unite de notre Nation regroupee autour de ses
valeurs sacrees. [...] l'amazighe constitue un element principal de la
culture nationale, et un patrimoine culturel dont la presence est
manifestee dans toutes les expressions de l'histoire et de la civilisation
marocaine, nous accordons une sollicitude toute particuliere a sa
promotion dans le cadre de la mise en oeuvre de notre projet de societe
democratique et moderniste, fondee sur la consolidation de la valorisation
de la personnalite marocaine et de ses symboles linguistiques, culturels et
civilisationnels”.


Este discurso fue acogido con gran esperanza y expectativas ya que, por primera vez, quedaba constancia a nivel político de que la diversidad cultural marroquí no tenía por qué ser percibida como algo negativo, sino todo lo contrario, era un elemento fundamental que había contribuido a forjar la particular identidad e historia de la nación y había un compromiso tácito a su promoción con miras a constituir un país moderno y democrático que consolidara y revalorizase esta riqueza plural. A partir de este momento, se emprendieron una serie de cambios en la política lingüística que establece el inicio de lo que comúnmente se denomina “la nueva política lingüística marroquí”.


A pesar de no oficializarse el estatus del amazigh, lengua que a pesar de hallarse presente en varios países árabes, con un total aproximado de veinte millones de hablantes, sólo goza oficialidad en dos países subsaharianos de la zona del Sahel: en Níger y Malí, este discurso promovió una serie de medidas aperturistas hacia esta cultura y lengua favoreciendo el debate y la libertad para su expansión y reivindicación.

Entre los cambios producidos cabe destacar:

* La creación del IRCAM (Instituto Real de la Cultura Amazigh) encargada de la estandarización del amazigh así como de promover diversos proyectos de investigación de amplio espectro relacionados con la cultura, historia y lengua amazigh. También se creó la carrera universitaria de filología amazigh en diversas universidades marroquíes cuyo plan de estudios planifica el IRCAM con vistas a crear docentes e investigadores en esta lengua.


* La introducción de la lengua amazigh en los planes educativos, con un proyecto piloto inicial en el cual se implantó esta lengua en el curso 2003/2004 en 319 colegios de primaria como asignatura obligatoria para alumnos tanto arabófonos como amazigófonos con el objetivo de expandir este proyecto a todos los colegios a nivel nacional. Lo cual a su vez sugiere el debate de si es pertinente establecer la obligatoriedad del conocimiento amazigh a todos los marroquíes o si, por otro lado, sólo debería serlo para los alumnos de las regiones amazigh, y dentro de estas, solo a los amazigófonos, o si pudiera estar sujeta a la elección de los padres de los alumnos. Aquí volvemos a encontrarnos con la unidad y cohesión social, si el objetivo es oficializarlo la idea del Estado es que todo marroquí tendría la obligación de conocerlo.


* Se introdujo el amazigh en los medios de comunicación con periódicos, revistas y diversas publicaciones en esta lengua, así como la creación de espacios en las cadenas de emisión estatal de diversa índole –reportajes, ediciones de telediario, etc…- en esta lengua.


Estas medidas y cambios en la consideración del amazigh son una gran conquista para el movimiento social “Movimiento de la Cultura Amazigh” que las venía solicitando desde la época de Hassan II con baja intensidad, pero con mayor insistencia desde que Mohamed VI accediera al trono e incluyera la diversidad como pilar fundamental en la conformación de la marroquinidad. A pesar de estos avances, el MCAM no cesa en sus esfuerzos, y el movimiento sigue abogando por una oficialización del amazigh que terminaría con la minorización y marginación de este colectivo en la jerarquía lingüística establecida en Marruecos y que tácitamente ha venido dando más oportunidades a los arabófonos que a los amazigófonos.
[El amazigh es finalmente reconocido como lengua co-oficial en Julio de 2011 con la aprobacion de la nueva Constitución marroquí en el marco de la Primavera Arabe]


En cuanto al resto de lenguas existentes en el territorio marroquí se emprendieron las siguientes medidas:


* En el año 2000 se crea la Academia de la Lengua Árabe, coordinada con el ya existente, pero en cierto modo obsoleto en cuanto a esta nueva política lingüística, Instituto de Estudios e Investigaciones sobre la Arabización, que comenzarían a trabajar conjuntamente en todo lo relativo a la lengua árabe clásica estándar.


* Se introduce en 2005 la enseñanza del inglés en los colegios de primaria.


* El español se introduce como lengua opcional en muchos institutos y universidades.


Todas estas medidas son avances significativos hacia un reconocimiento político, si bien todavía no oficial, a la diversidad lingüística existente en el país si consideramos la diferencia entre la situación lingüística durante el reinado de Hassan II y el actual. Al ser todas las medidas de carácter sociolingüístico no entra en conflicto con el carácter universal de la lengua árabe como única oficial, pero bien es cierto que el conflicto es latente ya que por muchos avances reales y prácticos que se lleven a cabo, se necesita de una oficialidad para potenciar realmente y equilibrar las desigualdades lingüísticas que subyacen al país.

En cuanto al árabe es innegable su importancia ligado al pasado histórico de la nación y como lengua que establece puentes entre los distintos países árabes. Al ser la lengua de prestigio y religiosa su carácter obligatorio y oficial es incuestionable. Pero no hay que dejar de observar el carácter excluyente de la legislación marroquí al no contemplar las lenguas vehiculares de sus ciudadanos –ya sea el árabe marroquí, cada vez más en evolución y con un movimiento que lo reclama como lengua nacional, o el amazigh lengua autóctona del norte de áfrica y materna de alrededor del 35% de los marroquíes.


Si hablamos del árabe marroquí, lengua vehicular, utilizada y comprendida por el cien por cien de la población con un carácter universal para ella, la opción de la oficialización de la misma está aún por recorrer un largo camino ya que su estandarización no cuenta con el apoyo político, sino con un esfuerzo académico –desde donde se está intentando estandarizar y se ha procedido a su docencia-, como
ya hemos visto que fue el caso del amazigh durante la época de Hassan II y que ahora sí cuenta con este apoyo desde el IRCAM, por diversas razones tales como: 1) El ataque a la unión panarabista y creer que podría dificultar la comprensión entre árabes de diferentes países, hecho que ya se da gracias a la realidad lingüística de cada uno de ellos, 2) por verlo como una injerencia hacia el islam, 3) por no considerarla una lengua, sino un dialecto 4) por no hallar la diferencia entre el clásico y el marroquí entendiéndolo como la misma lengua y 5) por la desvalorización que incluso entre sus hablantes caracteriza al marroquí.

En relación al francés, creo que su presencia es tan amplia y arraigada en la sociedad marroquí, teniendo en cuenta además su carácter administrativo, que es totalmente incomprensible que no esté oficializada a nivel legal. Puede ser una lengua extranjera pero la sociedad marroquí ya no lo percibe de esa manera.



Otras lenguas en auge

El inglés está cada vez más presente en el territorio, ya que una vez superadas la lengua nacional y constatada la realidad y el aprendizaje en la lengua occidental francesa, el inglés es la siguiente lengua a aprender dado su uso como lengua común en el actual mundo globalizado. Así bien es la nueva lengua en la que se maneja ya gran porcentaje de los negocios llevados a cabo en el país y por supuesto también influye el hecho de que en los últimos decenios se hayan abierto decenas de universidades americanas y canadienses en el territorio marroquí que ofrecen planes de estudio íntegramente en esta lengua.

El español, aunque en menor medida que el resto de lenguas occidentales presentes en el país, también tiene su importancia, basada en los lazos históricos de las zonas ligadas al protectorado español así como a la vecindad entre ambos países. A nivel mundial la demanda del español es creciente y Marruecos no es ajeno a esta realidad, cada vez son más los marroquíes que quieren aprender esta lengua y se preparan para acceder a la selectividad y estudiar en las universidades españolas. Además, Marruecos es el país donde el Instituto Cervantes mayor gasto económico destina para la difusión del español en todo el mundo.


Bibliografía:
* Tesis Doctoral: Lenguas, identidades y discursos en Marruecos: la pugna por la legitimidad – Adil Moustaoui – Universitat Autonoma de Barcelona (2007)

* La pentaglosia en Marruecos. Propuestas para la estandarización del árabe marroquí. – Francisco Moscoso García (2010)

* Situación lingüística en Marruecos: árabe marroquí, bereber, árabe estándar, lenguas europeas – Francisco Moscoso García (2002)

Tuesday, February 14, 2012

PLANOS Y VOLÚMENES

de Tomás Viale


Hay algo en la escultura que desconcierta, que atrae, que llama, que atrapa y que no te suelta hasta que te hallas impregnado de todos los materiales, planos y volúmenes que conforman a cada una de ellas.

Tomás decide trasladarse a Europa para impregnarse de nuevas experiencias e ideas que le ayuden en su afán creador. Sigue trabajando aquí como escultor en una fundición artística haciendo obras de gran relevancia.

Así pues, dedicado profesional y personalmente a la escultura, es una de las nuevas promesas en la escena artística española.

Su escultura es vanguardista, original y precisa. Tomás prueba distintos materiales, como el bronce o el acero corten e inoxidable, hasta que consigue la combinación perfecta para sus ideas.

En definitiva, la labor de gigante de un argentino afincado en Madrid que no olvida su primeras exposiciones en Córdoba a pesar del calado de los éxitos logrados en Madrid.