Los problemas lingüísticos como problemas sociales
Lengua y fracaso escolar
Quizá el tema que este capítulo séptimo, del libro “El lenguaje en la sociedad – Una introducción a la sociolingüística”, titulado “Los problemas lingüísticos como problemas sociales”, nos destapa algo que, realmente, nos parece escabroso; cuanto menos, increíble.
Se plantea que la causa de todo desastre académico que los hijos de inmigrantes sufren es debido a su desconocimiento de la lengua del país de acogida. Bien es cierto que esto es una parte fundamental e indiscutible del problema pero se agudiza cuando el sujeto encuentra trabas y dificultades en la escuela justamente por su especial condición y la importancia que conlleva el tener una lengua diferente a la standard también implica diferencias en los contextos culturales entre la escuela y el hogar.
La escuela mediante la lengua juega, uno de los principales y más importante instrumento de socialización, un papel de importancia suma en cuanto a la instrucción de los alumnos inmigrantes para intentar solventar los conflictos que todo el tema de cambio sociolingüístico lleva implícito consigo para ellos.
Los hijos de inmigrantes, ya sea porque se encuentren desubicados cultural, social y lingüísticamente, se creen sin futuro en lugares donde las políticas casi inexistentes a favor de la integración y la diversidad son la raíz matriz del problema, unido, seguramente también, a su propia falta de motivación y a la de sus propios padres, tienden a entender que realmente la educación en los países de acogida está jerarquizada según el claro dominio de la lengua autóctona y la propia identidad nacional del sujeto, como sostienen los sociolingüísticas, dada la triste realidad de la situación.
En los estudios realizados sobre el éxito académico ligado al dominio de la lengua arroja que la mayoría de los inmigrantes abandonan los estudios, mientras que, los autóctonos gozan de todas las posibilidades para triunfar.
Los ejemplos más relevantes que se mencionan y caben destacar son:
En Canadá, los datos del Comité de Educación de Toronto correspondientes a 1969 y 1975 pusieron de manifiesto que los alumnos no anglohablantes que habían llegado al país como inmigrantes obtenían peores calificaciones y eran clasificados en grupos más bajos que los autóctonos.
En EEUU, los alumnos hispanos del “grado 12”, correspondiente a 1º-2º de Bachillerato aquí, llevan entre 3 y 3 años y medio de retraso según las normas nacionales de rendimiento escolar.
En Dinamarca, entre los años 1975 y 1978, no terminó la enseñanza media ni un solo alumno turco o paquistaní, las dos minorías étnicas más significativas del país; en Alemania por aquel entonces el porcentaje de no escolarización dentro de las minorías llegó a ser del 25%.
Esto trajo sus consecuencias y, evidentemente, después de la escolarización, o no, según los casos, los inmigrantes protagonizaron tasas de desempleo el doble de altas que los autóctonos y comenzaron las olas de vandalismo, robos, delincuencia... El fracaso escolar les condena, en gran medida, a nefastas situaciones psicológicas, económicas y sociales.
Sin embargo, las mismas estadísticas, de vez en cuando, logran desenmascarar excepciones dentro de las minorías inmigrantes. Tanto en EUU con en Gran Bretaña se han descubierto varios casos destacables en los que alumnos del sudeste asiático superaban ampliamente en rendimiento académico a sus compañeros blancos. Sus éxitos alcanzados, de todas formas, no les ha privado de sufrir las reacciones de quienes, autóctonos, compiten con ellos a la hora de acceder a empleos o plazas universitarias.
El bilingüismo a la par de la educación especial
El uso de instrumentos erróneos a la hora de evaluar la inteligencia y los conocimientos de los inmigrantes recién llegados para colocarlos en uno u otra nivel tiene, en buena medida, la culpa de que se les coloque en grupos para deficientes mentales; por ejemplo, en 1914, en EEUU, esto se vio incrementado en un casi 600%.
Los conceptos como “inteligencia”, “capacidad lingüística” o “bilingüismo” son incomprendidos por los educadores encargados de ellos.
Puesto que el éxito, como antes mencionábamos, se logra cuando el alumno domina el habla autóctona, el habla no standard se ve como ilógica y el bilingüismo como un problema para el alumno.
En varios de los primeros estudios sobre este tema se dijo que el bilingüismo ejercía una influencia negativa desde la más tierna infancia en el desarrollo de quienes lo “sufrían”, lo cual se usó como arma política para apoyar la instrucción monolingüe en la lengua mayoritaria.
El bilingüismo, pues, se presentó, y todavía aún se presenta en varios casos para mucha gente, como un problema puesto que se creía era imposible desarrollar de forma completa las capacidades lingüísticas necesarias en más de una lengua. Hoy en día, con nuestra más que necesaria globalizada instrucción, esto se cae por todos los lados cuando nos damos cuenta de que todo el mundo lucha por ser bilingüe e incluso políglota y se consigue sin problema alguno.
Los educadores siempre han intentado combatir el uso del dialectismo dentro de la escuela por considerarlo una forma errónea y defectuosa de usar la lengua standard.
De dos libros de bachillerato, editados en España en 1960 y 1962:
"Hay personas que al hablar español cometen defectos y errores de pronunciación que debemos evitar. Hay dos muy importantes: el seseo y el ceceo".
Pero gracias a estudios recientes sabemos que las estructuras de las variantes dialectales son igual de complejas, están igualmente sujetas a reglas y son igualmente aptas para argumentar que la lengua estándar. Y no solo eso, sino que forman parte de la configuración de la personalidad del hablante y puede estar en su perfecto derecho de no querer manifestarse en estándar al no sentirse 100% identificado con él, y aún menos en su contexto social.
En conclusión, son muchas las causas responsables de que el rendimiento escolar de los inmigrantes no sea exitoso: escasa exposición a la lengua que se imparte en la escuela, desajuste lingüístico y cultural entre la casa y la escuela, una calidad inferior de la educación que se les proporciona a los grupos minoritarios, estatus socioeconómico ampliamente desfavorable, prejuicios de los profesores hacia ellos (basándose en un habla correcta más que en una redacción impecable), actitudes negativas desde las mayorías hacia ellos y viceversa e incluso una ruptura de la transmisión cultural entre generaciones, que hoy en día, se ve como una de las causas principales de este fracaso.
Se ha puesto en manifiesto también que los prejuicios mencionados de los profesores sobre el dominio de la lengua estándar que sus alumnos inmigrantes puedan tener afecta a la calidad de la instrucción que se les da y se les asigna tareas mecánicas relacionadas con la lectura en vez de actividades que favorezcan la comprensión de lo escrito. Una vez que se les adjudica el título de “dominio ilimitado de la lengua estándar” ya se ha encontrado la explicación para su fracaso olvidándose del resto de factores.
La teoría del déficit y sus dos códigos
A mediados del siglo pasado, se propuso una teoría, llamada del déficit, mediante la cual se presentaba la existencia de dos códigos comunicativos, el restringido y el elaborado.
El código restringido es el accesible a todo el mundo, el que se habla habitualmente y que acepta una estructura profunda en la cual emisor y receptor compartan conocimientos que se omiten pero se sobreentienden.
Sin embargo, en la escuela, siempre se ha optado por el código restringido; éste no admite omisión alguna ni varias posibilidades a la hora de contestar.
Ejemplo: a una serie de niños se 5 años se les pide narrar la historia que ven en una serie de dibujos.
Versión elaborada
Tres chicos están jugando al fútbol y uno de los chicos le da una patada al balón y va hacia la ventana y el balón rompe el cristal y los chicos están mirando hacia allí y un hombre sale y les grita porque han roto el cristal así que se van corriendo y entonces esa mujer se asoma a la ventana y riñe a los niños.
Versión restringida
Están jugando al fútbol y él le da una patada al balón y va hacia allí rompe el cristal y miran y él sale y les grita porque lo han roto así que se van corriendo y entonces ella se asoma y los riñe.
Esta teoría presentaba la posibilidad de que, al ser el código elaborado la clave del éxito dentro de la escuela, si se les enseñaba a los inmigrantes en programas de “educación compensatoria” los niños inmigrantes entrarían en pie de igualdad con los autóctonos y tendrían las mismas posibilidades de éxito que ellos.
Cuando los resultados no fueron los que se esperaban se dedujo que estas políticas llegaban ya muy tarde y que los niños ya estaban socializados dentro del contexto de su minoría el cual no podía ser favorable cuando los niños blancos de clase media de habla mayoritaria eran los que triunfaban académicamente. Así que muchos radicalizaron el tema y fueron mucho más allá: si el deficiente no era el niño, debían ser las madres la que sufrían algún tipo de déficit... entraron ya en motivos, no solo ambientales, sino genéticos; entraron ya en prejuicios genéticos: la deficiencia venía dada por la genética de las minorías inmigrantes y/o de otras hablas subestándars.
Por otra parte, hay una fuerte desorientación en las actividades orales que se llevan a cabo para desarollar las capacidades lingüísticas de los niños inmigrantes; se les aplican métodos válidos para gente que domina totalmente el habla y que diferencia y entiende, inconscientemente, el uso del código elaborado que se usa en la escuela, del restringido.
Ejemplo: [P = Profesor; I = Inmigrante]
P: Quiero que compartas con nosotros algo que sea importante
D: En el verano, quiero decir, cuando vuelva a la escuela en septiembre, voy a tener un abrigo nuevo y ya lo tengo y es muy molón y cuando lo tuve ayer y cuando lo vi, mi hermano iba a salir. Cuando ví el abrigo sobre el sofá y se lo enseñé a mi hermana y yo estaba leyendo en alto algo en la bolsa y mi hermana mayor dijo”tienes que poner eso pa que no lo coja Keisha”, porque es mi hermana bebé y yo dije “no” y dije la bolsa de plático porque cuando ella estaba conmigo y mi primo...
P: Espera. Sigue con lo del abrigo. Te dije que solo podías hablar de una cosa.
I: Esto tenía que ver con mi...
P: Continúa.
[...]
De acuerdo con el concepto que de esta actividad tiene la educadora esta narración es difícil de seguir. La trama de la historia debe deducirse por razones que jamás quedan explícitas. La profesora le interrumpe para que la chica vuelva con el tema que ella cree principal, el abrigo.
Más tarde, cuando se le preguntó a la chica qué quería decir, se descubrió que lo de la bolsa venía porque ella no quería que su hermana bebé la cogiera para no asfixiarse con ella e iba a seguir con lo de su primo porque éste quería cogerlo con sus manos sucias.
El resultado es un desajuste de expectativas y estilo entre la profesora y la alumna y por lo tanto resulta imposible poder desarrollar la actividad de un modo adecuado. La chica interpretó las reiteradas interupciones como un ataque y una falta de interés por aquello que estaba contando y se siente reacia a volver a repetir la actividad por miedo a volver a incumplir lo que la profesora quiere, que por otra parte, tampoco queda explícito desde un primer momento.
Los profesores cuando mantienen un diálogo con su alumnado, les suelen dar pistas, les orientan para que lo que respondan esté bien y el sustento de sus historias vienen marcadas por su ambiente familiar; cuando profesora y alumno comparte sociedad, estatus e historia es mucho más fácil que el diálogo sea fluido y concluya de manera clara y exitosa.
Para los hijos de inmigrantes esto supone un problema, que o los educadores no entienden o no les interesa entender dado el esfuerzo extra en su trabajo que esto les supone, puesto que las realidades que ellos viven fuera de la escuela pueden ser radicalmente diferentes a la de los autóctonos y esto no es aceptado por el educador. Cuando este problema se liga al inacceso del código elaborado por parte del niño inmigrante nos encontramos con una de las claves de su fracaso escolar.
Los tests y los exámenes son relativos
En EEU hay una seria preocupación puesto que se ha advertido que en las pruebas realizadas a los alumnos parece que el nivel cultural está descendiendo estrepitosamente, y aunque esto sea probablemente más que cierto, también es verdad que los tests usados en los que esto se basa fueron diseñados para ser aplicados a una minoría blanca de clase media y prueba en qué medida se han conseguido las normas académicas que la clase media cree que dan acceso a niveles educativos de éxito.
No es extraño entonces que los resultados hayan sido tan nefastos cuando esos tests se aplicaron a un nuevo modelo de sociedad mucho más heterogénea que cuando se crearon. Además, existe verdaderamente una situación extrema en cuanto a que el correcto dominio de la lengua es un problema cuando los conceptos de “capacidad de lectura y escritura”, “competencia”, etc, se estrechan tanto que la experiencia lingüística que el alumno se encuentra en la escuela no se parece en absoluto a la que el alumno se enfrenta fuera de ella.
Las investigaciones demuestras que cuando se les aplica un test a los alumnos pertenecientes a una minoría basado en preguntas que midan específicamente su tipo de conocimiento lo consiguen superar.
Ejemplo: Un grupo de niños de color de educación media consiguió sacar 36 puntos más que el resto de sus compañeros blancos en el BITCH-100 [(Black Intelligent Test Of Cultural Homogeneity) Test de Inteligencia de Homogeneidad Cultural para Personas de Color], que contenía 100 palabras usadas habitualmente en el argot afroamericano. Esto deja en claro que los estudiantes blancos tienen menos posibilidades de adquirir ese léxico a través de ninguna experiencia cultural previa.
En otro test de inteligencia aplicado a portugueses de baja renta afincados en Massachussets muchos de los examinados no podían responder a la pregunta “¿De qué animal obtenemos el bacon?” y aunque el cerdo es corriente en la base alimenticia de los portugueses, no consiguen digerir bien el término “bacon” y todo hubiera sido diferente si les preguntasen por el “chorizo”.
Tanto el sustrato lingüístico como el cultural juegan un papel decisivo en cuanto a resolución de tests se refiere.
Cuando se les preguntó si era más correcto el donar dinero a una ONG o a un mendigo, los examinados contestaron que al mendigo puesto que en la cultura portuguesa esto está muy arraigado y extendido; en la norteamericana, en cambio, es impensable, que, frente a donarlo a una ONG, el mendigo sea la mejor opción.
Estos sesgos culturales son los que ha llevado a los sociolingüístas a recomendar y plantear otros métodos de evaluación basados en pruebas formales.
Tomar las medidas adecuadas
A partir de la segunda mitad del siglo XX se han empezado a promover y financiar programas contra la desigualdad y a favor de los derechos lingüísticos, y sociales, de los grupos minoritarios.
Parte de los educadores estadounidenses defienden un programa de bilingüismo transitorio, es decir, concederles clases bilingües hasta que su desarrollo del inglés sea lo bastante bueno como para poder tener un rendimiento escolar bueno, olvidándose de su lengua materna.
Esto sería algo nefasto para ellos puesto que abandonarían su lengua materna por no tener oportunidades para usarla y conocerla a la perfección.
En otros países, la educación bilingüe ha sido totalmente rechazada puesto que se piensa que el uso de la lengua materna en la escuela no hace más que retrasar la adquisición de la lengua mayoritaria y la integración del inmigrante.
Los educadores y sociolingüístas que fomentan programas educativos con la finalidad de conservar la lengua materna de las minorías poseen unas ideas políticas y sociales concretas en cuanto “pluralismo cultural e integración social” significan y ven en la asimilación forzosa algo nefasto para los niños inmigrantes puesto que nadie tiene el derecho de desarraigarles de su cultura y raíces aunque estén en un país de acogida que no las compartan ya que el derecho a la propia lengua, e incluso, dentro de la lengua mayoritaria, a los dialectos de ésta, es un derecho humano fundamental.
Sus detractores, gente con ideas políticas más que definidas y marcadas dentro del contexto político y socio-económico de cada país, en cambio, se basan en que fomentar y financiar a las minorías es ayudar al detrimento de los valores nacionales, de la lengua mayoritaria y de las prácticas culturales del país de acogida.